[Colaboraciones] Tepoztlán y su organización social durante la emergencia sanitaria

Por: Al Cortés. | Mi blog de opinión.

En torno a la crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo entero, a causa del coronavirus COVID-19, Tepoztlán, ha tenido a bien ejercer una serie de acciones tendientes a evitar, en la medida de lo posible, la dispersión acelerada del virus SARS-Cov-2. De este modo, desde prácticamente el día uno de la Jornada Nacional de Sana Distancia, en el Ayuntamiento se colocaron insumos para la limpieza y la sanitización, y se implementó el distanciamiento social; esto, representa a la perfección, la responsabilidad con la que en nuestro pueblo hemos enfrentado esta crisis global. 

Guardando tono con lo anterior, debo decir desde ya, que este artículo es una serie de opiniones personales sobre las estrategias y la actitud que tanto el gobierno, como la población tepozteca ha tomado para, como dije, detener la medida de las posibilidades la dispersión del virus enemigo de la humanidad.

Empiezo pues con las acciones emprendidas por las autoridades municipales, y no solo por las dictadas por el Gobierno de México, sino celebrando la determinación de unirse a la población civil organizada que colocó los retenes de revisión sanitaria en los principales accesos a la cabecera municipal y a los poblados más visitados. Esta contundente acción resultó en la evasión masiva de la propagación del virus, primero, por la detención de los afluentes turísticos, sobre todo durante el periodo vacacional de Semana Santa y Pascua. 

El reconocimiento de detener las actividades no esenciales y de respetar la voluntad popular, no solo debe ser para la autoridad municipal, pues esta es compartida con los prestadores de servicios de Tepoztlán, quienes anteponiendo el bienestar y la salud del pueblo, admirablemente respondieron a la petición de cerrar temporalmente sus negocios. 

La forma de organización comunitaria tepozteca en torno a la amenaza del COVID-19 es admirable, pues representa de cierto modo el rescate de la memoria histórica de la fraternidad y la autodeterminación del pueblo, un aspecto que no veíamos desde 1995. Eso resulta, según mi perspectiva, un hecho digno de admiración.