Sobre los hechos en los que intentaron robar un vehículo automotor en Tepoztlán

Por: Al Cortés

Recientemente se dio un caso en el que se demostró el hartazgo social de la población tepozteca que, cansados de la violencia y de la inseguridad, reaccionaron a una legítima provocación dada en el contexto del intento de robo de una unidad de automotor propiedad de una empresa de taxis.

Con justa y sobrada razón, los ciudadanos detuvieron solos por sí ante el riesgo que corría un paisano al que un maleante atacaba para quitarle su unidad de taxi.

Siempre he dicho que la seguridad para los gobiernos de los tres niveles es una asignatura pendiente, y cansados los y las personas de estas situaciones que, poco a poco han llegado a Tepoztlán, reaccionan de forma legítima; aunque, siendo honestos y objetivos en el análisis de la situación, debemos ponderar siempre los principios y preceptos legales que rigen nuestra vida en sociedad, hago referencia al artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual acota a los ciudadanos a No hacerse justicia por propia mano; lo que obviamente tampoco implica que nos quedemos sin mecanismos para reaccionar a situaciones como estas, en los que la integridad y, en el caso el patrimonio de una persona estaban en riesgo.

Repito, que la acción de retener a los delincuentes por parte de la población está justificada, y que, cansados de una situación en la que tal parece que, no solo a nivel local, sino a nivel nacional, la violencia ha rebasado a los gobernantes; lo que sí debe quedar claro, es el hecho por el que en un momento meramente pasional, los seres humanos casi llegamos al punto de sobrepasar los límites de lo permisible y, por supuesto de lo moral y lo éticamente correcto.

Demos sí, muestra de que en Tepoztlán no se permite la delincuencia ni la violencia, pero también, demos muestra de nuestro respeto irrestricto a las normas sociales y a los preceptos legales, demos muestra de civilidad, de compromiso social y de apego a la legalidad.