Por: Al Cortés
El mundo se enfrenta a la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, esto lo afirmó en una conferencia a su nación, la Primera Ministra de Alemania, Ángela Merkel; yo personalmente, no recuerdo nunca haber sido testigo de una enfermedad con tal grado de propagación, de contagio y, en general, de avanzada global.
China comenzó siendo el origen y centro del virus, llegando a colapsar en el primer momento su sistema sanitario; hoy afortunadamente, en el gigante asiático ya no se reportan nuevos casos de contagio. La enfermedad ha cambiado de centro y ahora el punto toral de la enfermedad, del nuevo coronavirus es Europa; Italia, España, y otras naciones cuentan sus contagios por miles...
Fuera de Europa, Irán, Irak, en Asia, cuentan con multitud de casos por COVID-19; y en América, los Estados Unidos contabiliza hasta este momento 25,471 infectados; Canadá 1,336; México 203, y así entre otras naciones de centro y sur del continente los contagios y, los enfermos del nuevo coronavirus, y con ellos los lamentables decesos, avanzan a pasos anormales (según mi parecer), para tratarse de una enfermedad resultante de una mutación natural.
Las imágenes de médicos y enfermeras y enfermeros, que permanecen en alerta permanente ante la pandemia de lo que la Organización Mundial de la Salud, ya cataloga como: "Enemigo de la Humanidad", y su propagación tan acelerada, se han viralizado en las redes, lo mismo que los aplausos a quienes arriesgando su vida, han servido en este hecho sin precedentes en el mundo.
El mundo entero está en cuarentena, en fases más o menos graves, pero el coronavirus COVID-19, la enfermedad que avanza a pasos agigantados desde su aparición; y a la que la humanidad ha dado muestra de resistencia y de perseverancia, resiste su embate que hoy colapsa los sistemas sanitarios de las naciones por su elevado índice de propagación. La humanidad lucha contra su enemigo más significativo en el último tiempo.
El respiro, la luz al final del túnel es, el anuncio en el que los chinos aseguraron ya, tener la vacuna exitosa contra el virus, que ha comenzado su producción en masa, y que pronto podrá estar disponible para la población mundial, que resiste en sus hogares para de alguna manera, frenar el contagio masivo, sacrificando por el momento, las reuniones masivas, y también, su propia libertad, viviendo ahora un encierro voluntario que han soportado ejemplarmente.
El contraste es el mundo exterior, pues parece todo fuera normal, todo transcurre de forma que no pasara nada, y lo único que falta, son las multitudes de personas que realicen sus actividades diarias... eso, eso no está, por el momento, porque es claro que también, esto ha de acabar más temprano que tarde.
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